lunes, diciembre 03, 2007

Jingle Bells


Vengo embalada. Tengo que hacer una lista de regalos de Navidad. Son alrededor de trinta. No me quiero olvidar de nadie. Agarro mi laptop, me pregunto cuando conseguiré un word con corrector en castellano. Me sirvo un vaso de coca light, agarro un puñado de ‘kashi cereal’ y me siento en mi sillón favorito del living. No es el sillón, es el rincón. Desde ahi veo la calle, la gente que pasa. Hombres, mujeres, madres, hijos, cochecitos, perros, caminan, corren, andan en bicicleta. Me fascina (sp?). Podría pasrme horas mirando a la gente. Me acuerdo de los viajes en el tren de las 6.30 de vuelta del trabajo. Retiro-Acassusso. Los vagones llenos. Acá andamos en auto, alienados del mundo exterior. Te crece el culo. Vas del auto a la escalera mecánica.
Por dónde iba? Si, treinta regalos más o menos. Los chicos, los hermanos, las cuniadas, los sobrinos, los abuelos, las amigas y no nos olvidemos los maestros. Acá las fiestas caen en medio del anio escolar. Los veinte primeros días de diciembre hago compras navidenias. Apilo los regalos en el placard. Los tapo con mantas, intentando esconderlos. Los saco a la noche, tarde, los envuelvo y los vuelvo a esconder. Todavía me emociona la Navidad. Miro a mis chicos y recuerdo la emoción que sentía cuando yo era chica.
“Mamá!” es S, no le contesto. Continúo con mi lista. “Mamá!” otra vez, “Estoy ocupada, después voy” le digo. Aparece en el living: “Ahora mama, vení a ver que hice!”. Cada día habla más raro. Dejo la computadora, me paro y lo sigo a su cuarto. Es un caos de juguetes. En el medio hay una construcción de legos y magnetos. Parece una nave. “Que bueno Mon!”. “Vení, mami, sentate que te explico” “No tenés tarea Mon?”. Vuelvo a mi rincón. Me siento. Viene la Srta S y me pregunta algo. No se lo que me dice. La miro en blanco. “Escribis en tu blog o estás leando?” Otra que habla como el tujes en castellano. La vuelvo a mirar, esta vez levanto una ceja. Sin palabras. Entiende y se retira.
Cierro la lista y me pregunto si debería dejar las compras en manos de Papa Noel. Que pasa si las dejo en manos de EL? Me relajo y veo que pasa. Ma si, la culpa la tuvo Santa! No voy para atrás ni para adelante. La sigo maniana.
Merry Christmas!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Navidad era negocio cunado eramos chicos.
Si soy yo.

Anónimo dijo...

Navidad era negocio cuando eramos chicos.
Si soy yo.