
Finalmente llegó esa época del anio en la que, usualmente, nos vamos de vacaciones. Este anio, como la Srta S bailaba en Disney World, decidimos aprovechar este viaje y realizar “El” viaje a Disney obligado. Los chicos más que contentos esperaban ansiosos este viaje. El Sr. C exitado como otro chico y con las memorias de los viajes a Disney World y Disney Land de su infancia a flor de piel no veía el momento de que llegaran esos días. Creo que yo era la única que se mantenía un poco, o bastante para ser sincera, eséptica con este viaje. Punto uno, prefiero Universal a Disney. Punto dos, no soy una gran fan de las películas de Disney. Punto tres, no podía dejar de pensar que utilizamos el término “Disneylandia”, para ilustrar (al menos yo) algún lugar plástico, brillante, nuevo, falso y sin esencia.
Así partimos los cuatro en auto. Cruzamos Texas, Louisiana, Mississippi y Alabama para llegar a florida y Finalmente a Disney. Que sorpresón! Para bien digo. Es más parecido al Italpark de lo que me esperaba. Algunos lugares me me hacían sentir casi como entrar en el tunel del tiempo.
Nos quedamos cinco dias y la pasamos Bomba! Anduvimos como locos siguiendo el paso redoblado del Sr. C que no se quería perder cuanta montania rusa se le cruzaba por delante. En algún punto tuve que recordarle que el viaje era para los chicos y no para el. Esto no lo frenó. Anduvimos como trompos. El último día andábamos todos en camara lenta, como sombies y nos arrastrábamos de juego en juego. Incluído el Sr. C. Cabe mencionar (detalle a tener muy en cuenta) por si alguno desea realizar este viaje en julio: hace MUCHO calor.
Así partimos los cuatro en auto. Cruzamos Texas, Louisiana, Mississippi y Alabama para llegar a florida y Finalmente a Disney. Que sorpresón! Para bien digo. Es más parecido al Italpark de lo que me esperaba. Algunos lugares me me hacían sentir casi como entrar en el tunel del tiempo.
Nos quedamos cinco dias y la pasamos Bomba! Anduvimos como locos siguiendo el paso redoblado del Sr. C que no se quería perder cuanta montania rusa se le cruzaba por delante. En algún punto tuve que recordarle que el viaje era para los chicos y no para el. Esto no lo frenó. Anduvimos como trompos. El último día andábamos todos en camara lenta, como sombies y nos arrastrábamos de juego en juego. Incluído el Sr. C. Cabe mencionar (detalle a tener muy en cuenta) por si alguno desea realizar este viaje en julio: hace MUCHO calor.
Llegamos a casa descansados y más que despejados , hartos de comer afuera mediodía y noche y de dormir los cuatro juntos en un cuarto de hotel! Que bien huele la casa de uno y que cómoda parece nuestra cama. Al menos ese sentimiento tengo yo y se lo debo transmitir a mis hijos muy clramente ya que en cuanto pisamos nuestra casa ambos hicieron comentarios de este tipo. Que gracioso (y que miedo) como podemos amasar esas pequenias mentes.
Pusimos pie en Houston y todo volvió a la normalidad, los chicos siguen de vacaciones, yo volví al Consulado y el Sr. C marchó a la oficina casi contento, respirando hondo.
Ahh! La Srta S bailo muy bien!
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